jueves, junio 16, 2005

IMAGEN
En mi estanque interior,
tu imagen no se borra.
Tu propio viento a veces,
riza el agua
y son también hojas tuyas
las que caen,
pero tus ojos nunca se deforman.
Es posible que ya nada suceda
entre nosotros.
Ahora, la tarde entera
en el estanque,
huye una gaviota
hacia otros mares y es tu sonrisa
la que parte y es tu mirada
la que parte,
pero tus ojos nunca se deforman.
Ella...
ELLA NO
Ella no duerme más
en las torres de niebla
dispone las llaves
de la presencia y el insomnio
sobre los campos largos
de golondrinas muertas
recobra el asombro
de su primer mutismo
en el alba marina
con su rostro ajado por el viento
mira perderse la espalda del que huye
en lo alto del día
escribe el nombre de los otros
ella no duerme más
en su tiempo de arena
una voz le grita desde las colinas.

TOCAN EN MÍ, GOLPEAN...

Juego de Sombras




Tocan en mí golpean.
Alguien del otro lado quiere
abrirme en dos como una puerta,
entrar, nacer, pasar,
buscar a una mujer, recoger algo,
huir de Dios,
asilarse en el mundo.
Alguien, del otro lado, me sacude
con terror, con prisa y humildad y urgencia.
Quizás un niño muerto perseguido
o un ángel comunista o un pobre diablo,
o un dios indio que nunca pudo aprender latín,
o un dios griego humillado, afeado, perdonado,
o yo mismo quizás, quizás yo mismo, el yo que siempre
sospeché me habían robado y escondido.
Alguien, en todo caso, caído en la desgracia,
con pánico en lo abierto, me golpea,
toca en mi corazón, se agarra en mis huesos,
me sacude,
me llora, me suplica que le abra…
Todo cesa de pronto. De pronto ya no hay nada.
De pronto estoy tranquilo. Lo han hallado supongo.
Y en el silencio y en la paz que quedo
sólo se siente un suave viento indiferente,
una pequeña nada fría, sonreída y tonta
y un raro escalofrío que también se va.