A veces amanece.
A veces no sabes qué hora es.
A veces desaparece el contacto entre dedos y cerebro.
A veces sólo hay contornos opacos.
(Acorde seco y eléctrico. Ansia más o menos llevadera)
A veces la habitación vuela para convertirse en sonido y luz.
A veces los monitores vibran.
A veces no existen puntos de referencia.
A veces todo se esfuma ante la certeza de la embriaguez.
(Orgasmo y adrenalina. Vacío mil siglos vacío)
Es entonces cuando no queda otra salida que buscar el sueño, el olvido...
(O ambos.)
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