Dos días
y el aire se pudrirá
y lloverán cenizas
y jirones de seda
de ángeles ahorcados
y ginebra dulce
y espuma de absenta
y mugre y carcoma
de belloteros negros
y sudarios de fresa
con diademas oxidadas
de sirenas ahogadas
y jazmín demoníaco
y trozos de menta.
Dos días
para que te des cuenta
de que soy el futuro
de los años 50
de que un bocado
de mi carne
sabe a regaliz ardiente
de que el vino es la verdad
de que el látigo te gusta
y la sangre te apetece.
Dos días mas...
y no volverás a verme.
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