Esos
insólitos abismos
que ordeñan mis ojos
de dulces lágrimas.
Esos,
que cubren mi piel
con alfileres de colores
llenando mis agujeros de ganas.
Esos,
que queman el cielo
de mi boca, con el ácido mágico,
de tu saliva bizarra.
Esos,
que brotan de tu orgullo lascivo,
dejándome las sangre en las venas;
coagulada.
Esos
anhelos y empeños
que hurgan en ese apetito
que me avergüenza y empalma.
Esos,
son tus deseos sinceros.
Esos,
para mi infierno.
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