Nadie me ama como tu.
El sudor de delirios
limpia mi frente.
Tus mentiras acaban con mi dolor.
Atraviesa mis pupilas marrones
con tus puñales hirientes.
¡Miénteme!, en la cena,
en la cama,
en el piso,
con tus hermosos ojos ¡miénteme!
que me hace bien.
Nada haré para defenderme.
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