Conozco esa mirada de punto de lectura.
Esa mirada acuñada
por las palabras que mira...
porque sólo las mira.
Quizá después de todo
lo que acontece bajo unos dedos
nos es sino la falsa magnitud de lo indecible;
lo que no escriba no podrá ser dicho.
Lo que acumule para siempre será del todo falso.
Lo que inspire rubor me será tu dolor de brazos,
tu fisura en el aire, tu gimoteo absurdo
por todo aquello que sucede desde siempre
y no eres capaz de entender.
Conozco esa mirada de punto de lectura.
Se me antoja, en verdad, trágica...
en lugar de crearme me enciende.
En lugar de extasiar soledades
sigue leyendo la premura y la provocación.
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